Esculturas por encargo.

jueves, 2 de junio de 2011

Vaca y Llangardaix (carribaycarriba)

VICENTE CARRIBA MIGUELEZ
y ALEJANDRO RODRIGO CARRIBA ALONSO
Laguna de Duero (Valladolid)
TITULO: “VACA Y LLANGARDAIX”




 Con los datos previamente barajados concluimos que:


Una representación figurativa de la Vaca de Alaior no ha lugar, ya que la estampa natural, en su entorno,  supera la obra que cualquier artista pudiera crear, reflejando al mismo tiempo las composiciones de grupo, su ternura en la mirada, su actitud de observadora curiosa, la humedad de su morro, sus ubres henchidas por la leche, los matices de su mapa blanco y negro, etc.


Por tanto se plantea crear un referente abstracto que refuerce el interés del observador y propicie el ejercicio  consciente de pensar y recordar la vaca, aumentando la conciencia de la importancia que para Alaior tiene.

Guiados por el ejemplo de pervivencia, durante milenios, con su geometría prismática recta de la Taula de Torralba, elegimos la forma cúbica como cuerpo que  aglutina proporciones, equilibrio y referencias a la propia naturaleza, para representar la Vaca de Alaior.

Lo importante, el mayor servicio que  presta la vaca, se produce en su interior. Por eso se permite al observador verlo, brillante, inmaculado (acero inoxidable pulido) el lugar donde se produce el milagro de la generación de la leche.

Dentro-fuera, en este caso por la cotidianeidad  son muy importantes los órganos externos, las ubres, los cuatro pezones de ordeño y en la obra referente inequívoco. Por esta  circunstancia, con la licencia de reinterpretar la anatomía insinuada, se disponen en el centro de atención y de gravedad del cubo.

Como manantial de vida que es la leche, se propone que la propia obra sea una fuente con circuito cerrado que une dos vasos. El fluido será agua con colorante blanco impulsado por una bomba, cuando el Ayuntamiento lo considere. El líquido lechoso caerá por gravedad   por el orificio a tal efecto realizado en los pezones de acero inoxidable.

En la propuesta se colorean dos caras del cubo con un lacado blanco y negro con manchas similares a las de la vaca frisona de Alaior y posible las cuatro, pero en la propuesta se deja la
opción de dos caras con el estado natural oxidado del acero corten, como integración de la vaca menorquina y favorecer la sorpresa y el interrogante en el observador.

El abrir las cuatro caras del cubo favorece la percepción de profundidad, y el  calado la continuidad intervenida de las perspectivas tanto en la  entrada como en la  salida de Alaior. Son como ventanas en las cuatro direcciones, abiertas al aire del mediterráneo y del progreso; abiertas también exhibiendo el interior con orgullo por el brillo que desprende.

Llangardaix
  
Desde el principio nos atrajo la idea de no renunciar a  ninguno de los dos temas propuestos, por ello planteamos la posibilidad de integrar a Llangardaix, compañero inseparable en los aledaños rocosos de los pastos, en la escena compartida como dos compañeros del campo que rodea Alaior. 










 






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